viernes, 4 de enero de 2008

RAFAEL MEDINA Y FERNANDEZ DE CORDOBA

ESPAÑOLES ILUSTRES - EL DUQUE DE FERIA

Tenía uno de los títulos más antiguos de nuestro país, concedido con la Grandeza de España por Felipe II en 1567 y que, desde 1739, pasó a ser un título secundario de la casa ducal de Medinaceli, a la que continúa unido. Rafael Medina y Fernández de Córdoba además de duque de Feria, título que ostentaba desde 1969, era marqués de Villalba y Maestrante de la Real de Sevilla. El ilustre Grande de España tuvo sus quince minutos de gloria cuando fue pillado en tareas pederásticas, con las manos en la (escasa) masa proporcionada por una niña de 5 años. La niña era alquilada, o así, al noble, por su madre, la cual, al parecer, oficiaba de prostituta para ganar el sustento diario de cocaína. Decían las malas lenguas que el Sr. Duque también era un gran aficionado a la inhalación del polvo de nieve. El 6 de marzo de 1993 ingresó en la prisión Sevilla-1 por orden de la juez María de la Oliva Morillo Ballesteros, acusado de rapto de la niña y de un delito contra la salud pública -tráfico de drogas-. Unos días antes el duque de Feria había declarad en la revista "Hola": Me encantan las mujeres. Son mi única droga. Durante la instrucción del sumario, a mediados de mayo la revista "Interviú" publicó un reportaje en el que aparecían fotografías de Rafael Medina y varias niñas desnudas, por lo que fue llamado a declarar y en el mes de julio se le acusó de un nuevo delito de corrupción de menores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que habría que tener un poquito más de respeto a la sangre azul, hay que entender que son gente que sólo por el hecho de nacer, ya está tocada por la gracia de dios, pues éste puso en ellos su manto. Lo que para el resto de mortales serían actos de perturbado hijo de puta degenerado, en el momento que se trata de un noble de España, hay que pensar que quizá, en su eterna cultura y misericordia, el noble hacía lo que hacía por el bien de los niños y porqué no, de todos los españoles.
Un poquico de respeto hombre... amos digo yo.

Anónimo dijo...

amen